Las escuelas y sus alumnos participan vistiendo
atuendos tradicionales, como los catrines y catrinas, figuras que representan
la elegancia y la muerte, también conocidos como "la garbanzera", una
obra famosa de José Guadalupe Posada. La representación de estos
personajes a través de vestimentas coloridas y alegóricas añade un toque de
creatividad y educación a la festividad, recordándonos la importancia de la
historia y la cultura mexicana.
El festival también presenta una variedad de
actividades culturales, como talleres de artesanías, donde los asistentes
pueden aprender sobre la elaboración de papel picado, una decoración
tradicional, así como la creación de calaveras de azúcar. Además, se organizan
presentaciones de música y danza folklórica que celebran las tradiciones
locales, permitiendo que tanto los residentes como los visitantes se sumerjan
en la riqueza cultural de Sayula.
Las familias comparten comidas típicas, creando un
ambiente de unión y recuerdo que fortalece los lazos entre los miembros de la
comunidad. En este contexto, el Festival de las Ánimas Sayula no solo es un
homenaje a los difuntos, sino también una celebración de la vida, la cultura y
la identidad de su pueblo, que se manifiesta en cada rincón de la ciudad
durante estos días tan especiales.
La combinación de tradiciones ancestrales y la
participación activa de la comunidad hacen del Festival de las Ánimas Sayula
una experiencia única que resalta la importancia del Día de Muertos en la
cultura mexicana y promueve la continuidad de estas prácticas en las nuevas
generaciones.