En una fecha como hoy, pero en 1993, Posadas Ocampo
fue víctima de un ataque brutal en el estacionamiento del Aeropuerto
Internacional "Miguel Hidalgo". El Cardenal se encontraba en el lugar
para dar la bienvenida al nuncio apostólico de aquel entonces, Girolamo
Prigione, en un México que había restablecido sus relaciones diplomáticas con
El Vaticano apenas ocho meses antes.
Este horrendo crimen tuvo lugar durante la
presidencia de Carlos Salinas de Gortari, una época marcada por promesas de
modernización y cambios significativos en la economía nacional. Sin embargo, a
pesar de la crueldad del acto, la justicia para este caso parece ser una
promesa incumplida.
El homicidio del Cardenal Posadas cambió la percepción del narcotráfico en México. Antes de este suceso, el narcotráfico era considerado un problema lejano y desconectado de la vida diaria de la mayoría de los mexicanos. Pero el asesinato de una figura tan destacada y venerada como el Cardenal Posadas puso en evidencia que el narcotráfico era una amenaza real y presente.
Hoy, en el aniversario número treinta de este crimen atroz, la lucha por la justicia sigue en pie. La sociedad mexicana y la Iglesia Católica anhelan respuestas y una resolución a este caso que ha dejado una huella profunda en la historia de México.
Según un artículo publicado por El Heraldo de México el 24 de mayo de 2022, se ha solicitado al presidente Andrés Manuel López Obrador que aclare el asesinato del Cardenal. Aunque nueve personas han sido detenidas en relación con el caso, ninguna de ellas está directamente relacionada con el asesinato del Cardenal. José Antonio Ortega Sánchez, abogado coadyuvante en las investigaciones del caso Posadas Ocampo, sostiene que la investigación ha estado plagada de irregularidades desde sus inicios y que, a pesar de las pruebas presentadas, no ha habido avances significativos.
Ortega Sánchez mantiene que la investigación sigue abierta y que la resolución de este caso dependería de la voluntad política de la actual administración federal. Según testimonios de sicarios del cártel de los Arellano Félix, su objetivo era asesinar a Joaquín "El Chapo" Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.