Estudio revela altos niveles de pesticidas tóxicos en productos consumidos en Ciudad Guzmán y San Andrés Ixtlán

Investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara han encontrado neonicotinoides en productos alimenticios consumidos en la región sur de Jalisco, México. El estudio, realizado en ciudades como Ciudad Guzmán y San Andrés Ixtlán, tomó muestras de frutas, verduras, legumbres y tubérculos vendidos en mercados y jardines locales, y encontró que el 61% de las 31 muestras analizadas dieron positivo para neonicotinoides.



Los neonicotinoides son un tipo de pesticida altamente tóxico para los seres humanos. Son solubles en agua, se filtran al subsuelo y contaminan el agua de ríos y lagos, y son hasta diez mil veces más tóxicos que el plaguicida ampliamente utilizado después de la Segunda Guerra Mundial. Aunque están prohibidos en otros países, en México están permitidos.


El neonicotinoide imidacloprid fue el pesticida más común encontrado en las muestras, presente en una amplia variedad de alimentos como el chayote, la cebolla, el aguacate, el maíz, la frambuesa, la fresa, los frijoles, la guayaba, el tomate, la mandarina, la manzana, la naranja, la papa, el pepino, el plátano y la uva verde. Los investigadores advierten que estos productos químicos son persistentes y no se pueden eliminar mediante desinfección, lavado o hervido de los productos.


Los neonicotinoides causan una amplia variedad de problemas de salud, como neurotoxicidad, hepatotoxicidad, inmunotoxicidad, genotoxicidad, alteraciones del sistema reproductivo, inflamación del sistema nervioso central y posibles efectos cancerígenos. Los efectos de estos pesticidas son especialmente peligrosos para niños y mujeres embarazadas.


La presencia de neonicotinoides en los alimentos de la región sur de Jalisco es un tema preocupante, ya que se trata de una región donde se produce una gran cantidad de frutas y verduras que se exportan a diferentes partes del mundo. La presencia de estos pesticidas en los alimentos puede tener un impacto negativo en la salud de los consumidores y en la reputación de los productores locales.


Es necesario que se tomen medidas para evitar el uso de neonicotinoides en la agricultura y garantizar que los alimentos que se venden en el mercado sean seguros para el consumo humano. La implementación de prácticas agrícolas más seguras y el uso de pesticidas alternativos menos tóxicos son algunas de las soluciones que se pueden considerar para abordar este problema.

 

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