Guadalajara, México (22 enero 2017).- Hace cuatro años,
David Aceves y Beatriz Durán fundaron Tepalcates Cerámica
Contemporánea, un taller que se ha dedicado a rescatar la artesanía
mayólica de Sayula, que quedó en desuso por la llegada de nuevos
materiales.
Ambos se apoyaron en estudios realizados por Isabel Kelly sobre este tipo de trabajos (que incluso adornan la Catedral de Guadalajara), además de trabajar en conjunto con diversos artesanos locales y nacionales.
Algo a lo que se enfrentan estos promotores es a la visión extendida en México de que la artesanía no es un arte, algo que en países como Inglaterra o Japón es todo lo contrario, según explica Aceves.
Debido a su trabajo artístico, Tepalcates Cerámica Contemporánea ha ganado diversos premios nacionales, como el Galardón Jalisco que otorga el Instituto de la Artesanía Jalisciense; el primer lugar de la categoría Cerámica Contemporánea del Premio Nacional de la Cerámica y el Premio Grandes Maestros que impulsan Fomento Cultural Banamex y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías.
Rescatan tradición
Pocos saben que los mosaicos que decoran la Catedral de Guadalajara vienen de Sayula.
Pero la cerámica de Sayula se dejó de producir hace casi un siglo. De ser objetos de arte utilitario, se han convertido en piezas de museo, y ahora el taller tapatío Tepalcates ha volteado a la tradición para recuperar su valor y ponerlo sobre la mesa.
Este tipo de cerámica fue única en el País. Se desarrolló en Sayula, en el sur de Jalisco, desde finales del siglo 18 y se dejó de producir a principios del 20, pero su marcada influencia árabe genera fascinación, resalta David Aceves, quien fundó Tepalcates Cerámica Contemporánea, junto con Beatriz Durán, hace ya cuatro años.
Antes de instalar el taller ambos realizaron una profunda investigación. Conocieron los estudios de la antropóloga estadounidense Isabel Kelly, quien estuvo en la zona alrededor de la década de 1930 y recabó diversos datos y una amplia colección de piezas, ahora parte del acervo de Fomento Cultural Banamex.
"Es posible que esta cerámica viniera de la zona norte de España, porque se han encontrado diseños y símbolos muy similares a lo que se estaba haciendo en el siglo 19 en el sur de Jalisco, como las alas de murciélago, una especie de arco trilobular, que solamente Sayula representa, no hay en todo México una representación similar", detalla Aceves.
Pero a principios del siglo 20, la cerámica de Sayula se dejó de producir. Algunas teorías de Aceves y Durán se centran en que las piezas se dejaron de vender por la introducción de otros materiales como el metal y porque no eran un objeto barato.
Por considerarse piezas ya raras en el mercado, las cerámicas de Sayula pueden alcanzar alto valor en el mercado, una mediana pieza cerca de 80 mil pesos, porque no hay muchas obras originales y son únicas en el País.
Recuperación
El propósito de Aceves y Durán es rescatar la técnica y tradición de la cerámica de Sayula.
Recurren a arcilla de Sayula y a los métodos de realización, desde el diseño y los decorados, pero también tienen una línea contemporánea, que reinterpreta los perfiles y antiguos dibujos de los artesanos sayulenses.
"Todas las piezas que hacemos en el taller son diferentes, no utilizamos moldes; a partir de las piezas que tornea David yo las pinto, según lo que cada obra sugiera; es un trabajo más de autor, no se usan patrones o plantillas, siempre hay una línea que evoca a la decoración del siglo 19 de Sayula", califica Durán.
El trabajo que implica realizar una pieza de este tipo es mucho, pero el público en general no lo valora. Una obra de mediano formato puede tomar forma hasta una semana.
"Se nos hace muy triste que de repente la cerámica no se considere obra de arte cuando en realidad cada pieza es original, única; en Inglaterra o Japón un alfarero es un artista, para ellos es un honor presumir su cerámica", expresa Aceves.
A pesar de los inconvenientes, los creativos ya han ganado reconocimiento públicos como el Galardón Jalisco que otorga el Instituto de la Artesanía Jalisciense; el primer lugar de la categoría Cerámica Contemporánea del Premio Nacional de la Cerámica y el Premio Grandes Maestros que impulsan Fomento Cultural Banamex y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías.
Para afianzar la tradición y crear espacios de capacitación para los artesanos, ambos fundaron la Escuela Nacional de Cerámica, hace un año en Tapalpa, en asociación con un empresario y ya se han dado talleres a artesanos locales con maestros de Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Puebla, Tlaxcala y Oaxaca.
Este 25 de enero se llevará a cabo un curso con el reconocido autor japonés Masakazu Kusakabe, para que los artesanos sepan cómo construir hornos más eficientes y menos contaminantes.
Para conocer más detalles del taller se puede enviar un correo a hola@tepalcates.com o marcar el teléfono 33 1133 3318.
Para saber:
La cerámica de Sayula es mayólica, es decir una loza decorada, cubierta con un esmalte realizado con cuarzo, estaño y un fundente. Fue fabricada antiguamente por los persas, luego continuaron árabes y españoles.
Este tipo de piezas llegó a Sayula a finales del siglo 18 y se desarrolló hasta principios del siglo 20.
Una de las características de estas piezas es una clara referencia a la cultura árabe, con la representación de figuras enmarcadas en un arco trilobular o alas de murciélago.
Por lo regular las escenas pintadas en esas obras son consideradas como ingenuas, con una simbología de la cultura persa, entre imágenes florales, decoraciones religiosas o postales costumbristas.
Las piezas tienen colores muy particulares, un azul apastelado y un rosa bautizado, por José Guadalupe Zuno, como "xocoatole".
Hubo cinco talleres dedicados a producir este tipo de piezas en Sayula, el primero correspondió a Simón Quintero, aunque el único que firmó sus piezas es el de Epigmenio Vargas.
No hubo una corriente igual en todo el País y, aunque hay varias teorías, es todavía un misterio cómo llegó ese tipo de cerámica al Municipio de Sayula.
Ambos se apoyaron en estudios realizados por Isabel Kelly sobre este tipo de trabajos (que incluso adornan la Catedral de Guadalajara), además de trabajar en conjunto con diversos artesanos locales y nacionales.
Algo a lo que se enfrentan estos promotores es a la visión extendida en México de que la artesanía no es un arte, algo que en países como Inglaterra o Japón es todo lo contrario, según explica Aceves.
Debido a su trabajo artístico, Tepalcates Cerámica Contemporánea ha ganado diversos premios nacionales, como el Galardón Jalisco que otorga el Instituto de la Artesanía Jalisciense; el primer lugar de la categoría Cerámica Contemporánea del Premio Nacional de la Cerámica y el Premio Grandes Maestros que impulsan Fomento Cultural Banamex y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías.
Rescatan tradición
Pocos saben que los mosaicos que decoran la Catedral de Guadalajara vienen de Sayula.
Pero la cerámica de Sayula se dejó de producir hace casi un siglo. De ser objetos de arte utilitario, se han convertido en piezas de museo, y ahora el taller tapatío Tepalcates ha volteado a la tradición para recuperar su valor y ponerlo sobre la mesa.
Este tipo de cerámica fue única en el País. Se desarrolló en Sayula, en el sur de Jalisco, desde finales del siglo 18 y se dejó de producir a principios del 20, pero su marcada influencia árabe genera fascinación, resalta David Aceves, quien fundó Tepalcates Cerámica Contemporánea, junto con Beatriz Durán, hace ya cuatro años.
Antes de instalar el taller ambos realizaron una profunda investigación. Conocieron los estudios de la antropóloga estadounidense Isabel Kelly, quien estuvo en la zona alrededor de la década de 1930 y recabó diversos datos y una amplia colección de piezas, ahora parte del acervo de Fomento Cultural Banamex.
"Es posible que esta cerámica viniera de la zona norte de España, porque se han encontrado diseños y símbolos muy similares a lo que se estaba haciendo en el siglo 19 en el sur de Jalisco, como las alas de murciélago, una especie de arco trilobular, que solamente Sayula representa, no hay en todo México una representación similar", detalla Aceves.
Pero a principios del siglo 20, la cerámica de Sayula se dejó de producir. Algunas teorías de Aceves y Durán se centran en que las piezas se dejaron de vender por la introducción de otros materiales como el metal y porque no eran un objeto barato.
Por considerarse piezas ya raras en el mercado, las cerámicas de Sayula pueden alcanzar alto valor en el mercado, una mediana pieza cerca de 80 mil pesos, porque no hay muchas obras originales y son únicas en el País.
Recuperación
El propósito de Aceves y Durán es rescatar la técnica y tradición de la cerámica de Sayula.
Recurren a arcilla de Sayula y a los métodos de realización, desde el diseño y los decorados, pero también tienen una línea contemporánea, que reinterpreta los perfiles y antiguos dibujos de los artesanos sayulenses.
"Todas las piezas que hacemos en el taller son diferentes, no utilizamos moldes; a partir de las piezas que tornea David yo las pinto, según lo que cada obra sugiera; es un trabajo más de autor, no se usan patrones o plantillas, siempre hay una línea que evoca a la decoración del siglo 19 de Sayula", califica Durán.
El trabajo que implica realizar una pieza de este tipo es mucho, pero el público en general no lo valora. Una obra de mediano formato puede tomar forma hasta una semana.
"Se nos hace muy triste que de repente la cerámica no se considere obra de arte cuando en realidad cada pieza es original, única; en Inglaterra o Japón un alfarero es un artista, para ellos es un honor presumir su cerámica", expresa Aceves.
A pesar de los inconvenientes, los creativos ya han ganado reconocimiento públicos como el Galardón Jalisco que otorga el Instituto de la Artesanía Jalisciense; el primer lugar de la categoría Cerámica Contemporánea del Premio Nacional de la Cerámica y el Premio Grandes Maestros que impulsan Fomento Cultural Banamex y el Fondo Nacional para el Fomento de las Artesanías.
Para afianzar la tradición y crear espacios de capacitación para los artesanos, ambos fundaron la Escuela Nacional de Cerámica, hace un año en Tapalpa, en asociación con un empresario y ya se han dado talleres a artesanos locales con maestros de Chiapas, Chihuahua, Estado de México, Puebla, Tlaxcala y Oaxaca.
Este 25 de enero se llevará a cabo un curso con el reconocido autor japonés Masakazu Kusakabe, para que los artesanos sepan cómo construir hornos más eficientes y menos contaminantes.
Para conocer más detalles del taller se puede enviar un correo a hola@tepalcates.com o marcar el teléfono 33 1133 3318.
Para saber:
La cerámica de Sayula es mayólica, es decir una loza decorada, cubierta con un esmalte realizado con cuarzo, estaño y un fundente. Fue fabricada antiguamente por los persas, luego continuaron árabes y españoles.
Este tipo de piezas llegó a Sayula a finales del siglo 18 y se desarrolló hasta principios del siglo 20.
Una de las características de estas piezas es una clara referencia a la cultura árabe, con la representación de figuras enmarcadas en un arco trilobular o alas de murciélago.
Por lo regular las escenas pintadas en esas obras son consideradas como ingenuas, con una simbología de la cultura persa, entre imágenes florales, decoraciones religiosas o postales costumbristas.
Las piezas tienen colores muy particulares, un azul apastelado y un rosa bautizado, por José Guadalupe Zuno, como "xocoatole".
Hubo cinco talleres dedicados a producir este tipo de piezas en Sayula, el primero correspondió a Simón Quintero, aunque el único que firmó sus piezas es el de Epigmenio Vargas.
No hubo una corriente igual en todo el País y, aunque hay varias teorías, es todavía un misterio cómo llegó ese tipo de cerámica al Municipio de Sayula.
Rebeca Pérez Vega - Mural